Me despierta mi mascota con un ladrido en el oído que me hace quererla poner de adorno en la pared, entiendo su actitud, hay otros perros ladrando y ella también quiere saludarlos. Me levanto y recuerdo que anoche fue fatal, me quede con las ganas de salir, y por el desanimo de salir sola, simple, no salí.
Me levanto de la cama, con mucha modorra y estirando mis manos cual mujer elástica, voy al baño al ritual de todas las mañanas, que ganas de meterme de nuevo a mi cama, mas aun con el frío que hace hoy.
Ya lista para la chamba diaria, subo al carro de aquel que me dejo sola la noche anterior, quien alegre saluda, nada ha pasado, sentados detrás, 2 compañeros mas, saludo cordialmente y de pronto escucho los mas grandes improperios, groserías, palabrotas de un ser que al parecer la educación se la olvido en casa. Y todo por una llanta baja.
El empezar de esa forma la mañana hizo que en mi mente solo pasara un pensamiento “hoy no será un buen día”, mejor me hubiera metido de nuevo en mi cama. Pero ni modo, aquellos quienes debemos trabajar para ganarnos el pan diario, en nuestro caso, desayuno, almuerzo, cena y demás antojos, debemos de hacer un esfuerzo, oídos sordos y seguir adelante. No somos culpables de que las personas con las que nos toca trabajar sean unos cavernícolas con titulo bamba, pero si somos culpables de quedarnos callados y no darles una pequeña lección de educación.
Pienso en los padres del grosero, así les hablará, de esa forma les dirá que los ama y los respeta, me imagino a aquella ingenua que ha caído en sus brazos, le dirá que la ama en medio de tanta grosería, con una pizca de callejón y sazón de pandillero.
Ya esta atardeciendo, poco a poco mi frente vuelve a relajarse de lo fruncido que estuvo toda la mañana, mi cuello cual popcorn de cine sigue soltando sonidos de stress. Estoy contando los minutos para irme a casa y dejarme caer sobre mi cama.
Mi pregunta es simple, ¿mañana será mejor que hoy?. Total el peor día solo durará 24 horas.
Me levanto de la cama, con mucha modorra y estirando mis manos cual mujer elástica, voy al baño al ritual de todas las mañanas, que ganas de meterme de nuevo a mi cama, mas aun con el frío que hace hoy.
Ya lista para la chamba diaria, subo al carro de aquel que me dejo sola la noche anterior, quien alegre saluda, nada ha pasado, sentados detrás, 2 compañeros mas, saludo cordialmente y de pronto escucho los mas grandes improperios, groserías, palabrotas de un ser que al parecer la educación se la olvido en casa. Y todo por una llanta baja.
El empezar de esa forma la mañana hizo que en mi mente solo pasara un pensamiento “hoy no será un buen día”, mejor me hubiera metido de nuevo en mi cama. Pero ni modo, aquellos quienes debemos trabajar para ganarnos el pan diario, en nuestro caso, desayuno, almuerzo, cena y demás antojos, debemos de hacer un esfuerzo, oídos sordos y seguir adelante. No somos culpables de que las personas con las que nos toca trabajar sean unos cavernícolas con titulo bamba, pero si somos culpables de quedarnos callados y no darles una pequeña lección de educación.
Pienso en los padres del grosero, así les hablará, de esa forma les dirá que los ama y los respeta, me imagino a aquella ingenua que ha caído en sus brazos, le dirá que la ama en medio de tanta grosería, con una pizca de callejón y sazón de pandillero.
Ya esta atardeciendo, poco a poco mi frente vuelve a relajarse de lo fruncido que estuvo toda la mañana, mi cuello cual popcorn de cine sigue soltando sonidos de stress. Estoy contando los minutos para irme a casa y dejarme caer sobre mi cama.
Mi pregunta es simple, ¿mañana será mejor que hoy?. Total el peor día solo durará 24 horas.
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Te reto a que describas tu peor dia en 365 palabras
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1 comentario:
Me agrada leer tu blogs, es mas ya vote por el en el concurso 20BlogsPeruanos, y tienes un enlaces desde mi blog. Suerte y muchos éxitos.
Victor Hugo.
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